En esta nueva edición del podcast de Comercio Conectado, conocemos a Daniel Ruiz, experto en procesos logísticos y última milla.
La última milla consiste en realizar el reparto de los productos desde la zona más cercana a los centros urbanos hasta el punto de entrega o de destino. Es decir, realizar una parada antes de la entrega final, conocida como rotura de carga, que suele estar situada en almacenes alrededor del perímetro urbano.
Entre sus principales beneficios, podemos encontrar la sostenibilidad en el transporte, uno de los mayores retos a los que se enfrenta la última milla, realizándolo de una forma no contaminante y consolidando la mercancía con el objetivo de hacer más eficiente el reparto. No contar con un proceso de entrega final optimizada puede suponer una menor densidad de reparto desde el punto de vista de los operadores logísticos. En otras palabras, que juntando las expediciones de varios operadores puede realizarse un reparto más eficiente a nivel económico y reducir el uso de vehículos en las calles.
La última milla ha tenido una gran importancia a raíz de la pandemia, ya que se ha aumentado el número de compras online y, por lo tanto, de expediciones. Era una tendencia que se encontraba al alza pero que se ha acelerado en los últimos años y ha provocado que las personas le pierdan el miedo a las compras por internet y descubran todos sus beneficios.
En cuanto a la importancia de los proveedores de transporte en la optimización de la última milla, es clave, ya que en muchas ocasiones es el único contacto humano que va a tener el comprador tras realizar su compra online. Una atención que es fundamental en la experiencia de cliente para comprobar la calidad con la que el consumidor recibe su pedido.
En ese aspecto, la trazabilidad de un pedido y la comunicación con el cliente durante la última milla se debe realizar con responsabilidad y sin ofrecerle unas condiciones que pueden no cumplirse. Para ello, los puntos de recogida han adquirido una gran importancia dentro del proceso de optimización de la última milla, ya que el cliente puede desplazarse a un punto a recoger su pedido sin tener que esperar en su casa. Esto, además, puede suponer una forma más sostenible de realizar las entregas.
Para ello, es importante ajustar el precio de la tarifa. No se debe escoger la más baja si se quiere realizar el reparto, por ejemplo, de manera sostenible, con una alta calidad o con un perfil concreto de repartidor. También, es importante no indicar que el envío es gratis, ya que no lo es y le puede restar valor a la entrega. Se puede añadir que lo financia el portal electrónico, pero no que se realiza de manera gratuita.
En cuanto al futuro de la última milla, cada vez se realizarán más restricciones en los entornos urbanos. Se crearán zonas obligatorias de bajas emisiones, lo cual va a provocar que muchas flotas de vehículos se tengan que modernizar y sostenibilizar. Probablemente, aumentarán los puntos de recogida y el mantenimiento en la calidad en las entregas será un desafío al incrementarse el volumen de repartos.